Es una de las emociones básicas, y como toda emoción, también tiene una función, y es la de defendernos de la agresión. Recordemos que las emociones básicas son cinco: el miedo, la tristeza, el enojo, el amor y la alegría, ellas están en cada uno de nosotros para cumplir un roll. El enojo está para defendernos o poner un límite, este surge inteligentemente para protegernos, de una amenaza tanto real como imaginaria, es nuestra parte interna que está lista para decir que no, tiene la voluntad de poner límites y de defender nuestros valores. Como vemos hasta hora el enojo no debería ser un problema, el problema en realidad es la reacción que tenemos con nuestro enojo, cuando rechazamos el poder que tiene nuestro enojo, cuando lo empujó hacia mí interior, me niego a sentirlo o incluso lo reconozco pero lo escondo, para ser buenos, buenos entre comillas, para impresionar a los demás, para proteger a otros, y ahí donde negamos ese enojo, es donde empiezan a parecer los problemas, porque el enojo no se va, porque no lo reconozcamos, sino que empiezan aparecer maneras más creativas de moverse o mostrarse, no desaparece.
Cuando tratamos de suprimir nuestro enojo, cuando reímos todo el día, lo maquillamos, lo enterramos en nuestro interior, se instala en el inconsciente y es donde empieza hacer estragos, parece ser que no tenemos más enojo, y esto es real, ya no lo tenemos, es el enojo el que nos tiene a nosotros, podemos volvernos personas irritables porque el enojo habita nuestro cuerpo, es como que nos identificamos con el, cuando una persona vive constantemente enojada es porque no puede enojarse con quien realmente debe o debió enojarse en un pasado, y nos encontramos explotando ocasionalmente con una irá casi incontrolable, porque esa energía necesita moverse, tener alguna salida. El enojo es una parte salvaje, que tenemos, que nos pide ser reconocida, todo el tiempo, pero es entendible que no queramos ser gobernados por nuestro enojo, que no queramos decir palabras de las cuales después podamos arrepentirnos o que talvez controle nuestro cuerpo, nuestro comportamiento, debemos de llegar a hacer capaces de usarlo conscientemente, como una herramienta, en el momento necesario y apropiado esta bien no querer sentir que el enojo nos consuma, sino apuntar a tener una relación sana, con nuestro más potente protector interno. Aquí vamos a diferenciar algo, tenemos que no confundir emociones displacenteras con negativas, a las emociones displacenteras muchas veces, se les cataloga de negativas, porque no nos gusta sentirlas, y a las placenteras solemos catalogarlas de positivas, porque nos gusta sentirlas, incluso andamos por la vida buscándolas, y tratando de evitar las que nos duelen, o no nos llevan al placer, pero estas emociones mal llamadas displacenteras, el enojo, la tristeza, pueden ser muy positivas, si se trata de defendernos por ejemplo, o de temerle a aquello que nos puede hacer daño, y una emoción llamada positiva, el amor por ejemplo, nos hace más dependiente, más infantil, puede ser súper disfuncional para una persona, entonces tenemos que entender que no hay emociones negativas o positivas, cuidémonos de llamarlas así, hablemos mejor de emociones funcionales o disfuncionales, porque a lo que sentimos que es negativo tendemos a querer bloquearlo, y cuando intentamos anularlo, nos pasa que nos vemos frente a una tarea que es imposible, porque una emoción no puede ser anulada, se siente , nos sucede, cuando empiezo a negarla, es donde pierdo la función que esta emoción me da, entonces sí yo anulo el enojo, anuló también el límite que iba a ponerle a otra persona, que termina abusando probablemente de ese límite, y llegando a un lugar al que yo no quería que llegara, y como yo elimine el enojo, elimine también la protección, cuando el enojo no es respetado o escuchado, se acumula como cualquier otra emoción, entonces se vuelve como un líquido que se va acumulando, hasta que un día rebalsa, generalmente las personas que tienen como creencia, que no deben expresar o manifestar el enojo, terminan en algún momento siendo súper agresivas, acumulando resentimiento y hostilidad hacia los demás, hacia el mundo 🌎. Es decir que el enojo encuentra maneras inconscientes, de expresar o desviar ese enojo, mintiendo, culpando, siendo sarcástico, a través de quejas o simplemente siendo indiferentes, y estas son, todas las defensas que ponemos para evitarnos a nosotros mismos, en nuestro interior estamos muy enojados, aun si pensamos que estamos más allá del enojo, esta idea de espiritualidad que nos venden de que siempre debemos estar felices, cuando en realidad hay un enojo y esta siendo desviado, desde otros lados. Hablemos de las posibles causas del enojo, muchas veces cuando experimentamos esta emoción, y no la sacamos, viene desde nuestra familia, y tenemos que estar muy atentos, ya que podemos estar cargando enojos ajenos, y los reproduzco ahora en situaciones actuales de mi vida, cuando yo le estoy exigiendo algo a otra persona de manera infantil, probablemente esta exigencia tenga que ver mas conmigo, que con la otra persona, un ejemplo: si yo tengo una pareja que me estafa, me engaña, probablemente me enojo, y esta emoción esta bien puesta allí, porque fui engañada, estafada, pero si yo acepto quedarme con esta pareja, y mi enojo se vuelve crónico, y no resuelvo la situación del engaño, sino que empiezo a odiar a mi pareja, y a reprocharle este engaño que hizo por años, es evidente en este ejemplo que lo que está actuando es otra cosa, es otro tipo de enojó, uno mas infantil, y que probablemente tenga que ver con mi propia historia, porque tendemos a exigirle a las personas todo aquello que quizás no tuvimos antes, y esto seguramente me entristece, ahora mi enojo adulto lo que va hacer es perdonar o terminar con la persona. El permanecer enojado o el enojarme demás, tiene que ver con otra cosa, y acá vamos a resaltar algo, TODO ENOJÓ QUE NO TIENDE A RESOLVER LA SITUACIÓN EN LA QUE LA OTRA PERSONA ESTÁ TRASGREDIENDO UN LÍMITE, ES UN ENOJÓ QUE NO TIENE QUE VER CON LA SITUACIÓN QUE ESTEMOS VIVIENDO HOY, es decir si mi pareja me engaña, la función de mi enojo verdadero tiene que estar al servicio de resolver ese engaño que mi pareja me hizo, ahora si yo siento ganas, o quiero asesinar a mi pareja, esta cantidad de enojo demás, ya no tiene que ver con mi pareja, seguramente tendrá que ver con otras personas, en otras situaciones previas, y otra cosa , cuando quiero vengarme, termino paradójicamente en contacto con ese otro, sosteniendo la relación que tanto daño me hace, y este sería un enojo inmaduro, porque el enojó maduro tiende a poner ese límite, y a cortar con todo esto que me hace mal, es decir, sino puedo terminar el vínculo con esta pareja que me engaña, es porque en realidad no estoy poniendo a mi enojo, en su verdadero lugar, y hasta quizás termino con esa pareja que me estafa, pero sigo buscando otra más y otra, que me engañe y entonces repito el patrón eternamente, porque realmente no estoy enojado con la persona que me engañó, en ese momento, sino que esa sensación de engaño, es el reflejo del pasado, y tengo que reconocer donde en realidad me sentí engañada, para poder ubicarlo y dejar de repetirlo, tengo que encontrar la escena en la que verdaderamente fui víctima o estafada de otra persona, hasta que no logremos encontrar la escena, y donde fuimos víctimas, en donde si verdaderamente debí de enojarme, seguiremos encontrando y repitiendo patrones, encontrando personas que traigan enojo, porque vamos a seguir necesitando a alguien que nos recuerde que estamos enojados, es decir, que hasta que no logre contactar con ese enojo, y darle la entidad que eso tiene o tuvo, en mi vida, vamos a seguir repitiendo el patrón, solemos pedirle a las demás personas lo que no recibimos de nuestras figuras de apego (padres, madres, cuidadores) esto, de esa persona no me mira o me miente, o no se ocupa tanto de mí, no se da cuenta de que esto me molesta, no me da cariño, todas estas sensaciones generalmente, tienen que ver con un pedido inconsciente, hacia esos primeros cuidadores, hacia esas primeras figuras de amor. Vamos a diferenciar los dos tipos de enojo, tenemos el enojo adulto: es aquel que tiene la función de terminar con aquella maldad que la otra persona me hizo, no tiene la función de agredir a la otra persona, en tanto yo sienta la necesidad de agredir a ese otro, y odiarlo, ese enojo es de otro orden, es el enojo infantil, es de antes, probablemente de mi infancia, si yo insisto en querer agredir esa persona, ese enojo es de una situación donde probablemente yo me sentí víctima, y generalmente esto tiene que ver con escenas infantiles, el enojo adulto no es agresivo, es ordenado, tiende a resolver la situación, no a querer ganarle al otro, es acorde a la situación en tiempo, interacción, intensidad y duración, por ejemplo si hay una persona que quiere colarse en una fila, y yo me enojó, y le digo discúlpame, pero te tienes que formar como corresponde, pero si yo a esa persona le quiero pegar con una irá incontrolable, todo ese enojo demás no corresponde a esa situación, tiene que ver con otra cosa. ¿Qué posibilidades tenemos frente al enojó? Para intentar buscar un espacio saludable y sanó en medio de la opción de enmudecer el enojo, y no decir nada o de actuar lo atacando a otros, hay un espacio en el medio de estas dos alternativas, hay otra opción que es más equilibrada y tiene que ver con sentir el enojo en el cuerpo ¿Qué vamos hacer cuando aparezca el enojo? Nos vamos a dirigir a las sensaciones mas crudas del momento, en el que aparecen esas sensaciones intensas, como si subiera un fuego por el cuerpo, vamos a respirar a través de ellas, las vamos hacer conscientes, las vamos hacer presentes, y dejar que se muevan en nuestro cuerpo, vamos a observar el caos, como si se tratara de una película, cuando aparezca el enojo vamos a sentirlo y a tomar el control de este, y en lugar de culpar o atacar a las demás personas, vamos a poder decir sí, estoy enojado o enojada y honrare este sentimiento que se mueve en mí, como algo natural, sano. Recuerda que el enojo, no es un error, es una protección, tenemos que agradecerle por servirnos para este propósito, por tratar de mantenernos a salvo, por tratar de ayudarnos a poner el limite que necesitamos, así que ya sabemos, cuando aparezca el enojo, hay que sentirlo, te dejo un ejercicio: frena lo que sea que estés haciendo, desacelera, conecta con tu cuerpo, siéntelo, reconoce que estás enojado o enojada, siente ese calor, esa energía del caos, como un remolino, como fuego, respira nuevamente, y haz esta pregunta ¿ esta bien puesto este enojo? ¿Esta este enojo, poniendo algún limite? ¿Me esta protegiendo de algo? Y al hacer esto, probablemente descubras algo, tristeza por algo de tu historia, algo de vulnerabilidad, o el poder protector de esta emoción.
Mis mejores vibras, espero que al leerme, se conecten con sus emociones y les sea de mucha ayuda para el autocuidado.
Psicóloga_mosquera

No hay comentarios:
Publicar un comentario