¡BASTA DE VICTIMISMO!

Son las 3:00pm, el día ha estado súper tranquilo, a las 3:15pm tengo sesión con la que hoy llamaremos Paula, así que prendo la computadora, mientras cierro mis ojos un rato para disfrutar de la calma, oigo que suena la computadora, anunciando que ya está lista para ser usada, entro a la sala, para esperar a paula, y allí está tan puntual como siempre, su cara está roja, sus ojos inflamados, es fácil deducir que ha estado llorando.  Le pregunto ¿Cómo te sientes paula? ¿Qué te pasó? Responde: Raúl me dejó,  encontré unos mensajes en su teléfono, con otra mujer, después de nuestra ultima sesión, estaba claro todo, se veían hace mucho y en sus mensajes le decía,  que la quiere, estuve toda la semana intentando entender que pasó ¿Cómo es que de repente la persona, con la que llevo 4 años quiere a otra persona? ¿Cómo? ¿Y yo? no me di ni cuenta, se ven hace 11 meses, cuando le dije que había visto el mensaje, con el corazón latiendo a mil por hora, y con un nudo en la garganta, ni siquiera me mintió, para hacerme sentir un poquito mejor, pero no, solo dijo: si es cierto, hasta aquí llegamos, sin anestesia, sin un poquito de compasión, se fue de casa, se llevó todo, así nada mas, 4 años tirados a la basura. Cada frase que pronuncia la hace llorar más intensamente. Sigue, no le importa nada, ahora que carajos voy hacer con mi vida, lo odio con todo mi ser, ¡Nereida! Te juro que nunca sentí,  tanto odio, tanto desprecio por alguien. ¿Cómo pudo ser capaz de hacerme sentir así? Paula culpa y responsabiliza a Raúl de todo su sufrimiento, y es entendible, mientras la escucho veo que esta atravesando la segunda fase de todo duelo, siempre después del Shop viene el enojo, la dejo que llore y que haga catarsis necesita dejar salir toda la rabia y tristeza que está cargando. Raúl le causó un dolor inmenso, si, pero la única responsable de volver hacer feliz es paula.


Cada día en cada decisión que tomamos elegimos entre dos posiciones, vivir como responsables o vivir como víctimas, nos dando nos cuenta o no, podemos culpar a otros de lo que nos pasa o podemos asumir que tenemos responsabilidad y la posibilidad de cambiar las cosas. Tomar responsabilidad es difícil, echarle la culpa a los demás, es fácil, nos pone en un lugar de héroes o de heroínas, y podemos relajarnos y decir es el otro el que hace todo mal no soy yo. Lo cierto es, que a largo plazo asumir la actitud de victima constantemente nos aleja de la felicidad, ya que asumir la responsabilidad nos hace pasar por momentos complicados, incómodos al principio pero alargó plazo, nos acerca a la felicidad. La responsabilidad es uno de los valores que te lleva por el camino de la felicidad, al final de este artículo te voy a revelar cual sería otro valor, que te llevaría por este camino, claro, si no lo sabes todavía. 


Eddie Fromm psicólogo Alemán dice que el victimismo es la psicología de vida de los que tienen miedo, de tomar las riendas de su vida. Antes de empezar hablar del victimismo vamos a definir que es, para no confundirl@s, el concepto de victimismo, no se refiere a víctimas reales, de crímenes terribles, las cuales seguramente nunca hubieran querido estar en ese estado de sufrimiento ni de corazón, la víctima real no elige ser víctima. Cuando diga victimismo a lo largo de este artículo me refiero a lo planteado por Daniel chilliolie, es un estudioso del fenómeno del victimismo,  el dice que vivimos hoy por hoy en una cultura victimista de allí viene la frase de hacerse la víctima,  que posiblemente hallas escuchado alguna vez, es decir sentirse vulnerable y maltratado por cualquier situación, persona o circunstancia, sea o no sea válido. La persona que se siente víctima exige una reparación ¿y por que, alguien quisiera hacerse la víctima? Por muchas cosas, Daniel chilliolie dice que la víctima es el héroe de nuestro tiempo, ser víctima da prestigio, exige escucha “siendo víctima te tienen que escuchar, que clase de persona poco ética e inmoral no escucharía a una víctima.” Promete y fomenta reconocimiento, se inmuniza ante cualquier crítica “¿Cómo vas a criticar a una víctima? Y garantiza la inocencia más allá de cualquier duda razonable.” “Si es víctima tenemos que creerle, el culpable es el otro, no es ella ¿cierto?” En otras palabras lo que quiere decir Daniel es que tener el papel de víctima, te coloca automáticamente en un lugar de poder. Imagina una línea horizontal en el polo de la izquierda, esta el roll de víctima,  y en el polo derecho está el tomar responsabilidad, son actitudes opuestas, o tomamos responsabilidad y accionamos para resolver lo que nos molesta o nos quedamos en el roll pasivo de víctimas y que sean los otros los que resuelvan por nosotros. Lo más terrible del victimismo es que la persona se reconoce quizás sin saberlo como una depositaria, de todo lo que pasa a su alrededor, es como un ente pasivo al que los demás o la vida le hacen cosas, sin que ella pueda hacer nada por evitarlo, es decir el roll de víctima le quita todo tipo de responsabilidad de poder de acción sobre su vida, la persona es como una hoja al compás del viento, aquí nos vamos a detener, porque esto no es así, la persona víctimista sigue siendo un sujeto activo , su identidad doliente es su elección,  elige sufrir, elige ser una hoja al viento, elige no resolver los problemas, la persona víctimista está en el lado opuesto de quien es dueño de su destino, está entregada a la fragilidad de su impotencia, porque esto le permite la pasividad y la queja, sin hacer nada al respecto, es la incomodidad, más incómoda y sufriente que se vive. 


El razonamiento que zullase al victimismo, es el que Niche explicó muy bien en uno de sus libros “yo sufro y alguien tiene que ser culpable de esto. La persona víctimista hace de su sufrimiento un proyecto de vida y vive bajo el color de: “ los otros me hacen cosas, pobre de mí.” El victimismo tiene muchísimos beneficios, el más remarcado diría que es el de ese estatus privilegiado de estar exentó de obligaciones. La persona víctimista no tiene ni culpa, ni responsabilidad de nada, la culpa es de los demás, la responsabilidad también es de los demás. Se les ve con un carácter angelical y puro, por ende de impunidad y imputabilidad, está como protegida de toda crítica, como decía Daniel en su mención al victimismo, por eso los que tienen que hacer y moverse son los demás.


Bueno, llego el momento complicado de este artículo, y digo complicado porque queremos traerte una noción muy sabia, pero puede generar algunas resistencias, la traemos porque todo lo que permita abrir el debate y cerrarlo, nos parece muy valioso, es una idea del psicólogo Mauricio Wentre, explica el roll del victimismo: el dice que no hay la posibilidad entre vínculos adultos de que halla una víctima o victimarios, aclarando como decíamos al principio sino hay algún hecho delictivo, o circunstancias violentas, hechos reales, pero entre adultos, en la vida cotidiana, y donde muchas veces nos sentimos víctimas, el dice que no hay esa posibilidad, no puedo ser yo víctima del otro, lo que si puede ser es que vayamos construyendo con la otra persona un vínculo en el que yo todo el tiempo me siento, víctima, es decir aunque no me guste yo estoy construyendo junto con la otra persona un vínculo, en el que quizás siempre hacemos lo que el otro quiere , y no lo que yo quiero, en el que el otro me agrede y yo no puedo poner límites, en lo que todo lo que hacemos juntos, no tiene que ver con lo que yo quiero, tiene que ver con lo que quiere el otro. Una víctima es alguien que no tiene poder, que no puede evitar de ninguna manera eso que le esta pasando porque no tiene ninguna herramienta para hacerlo. En los vínculos adultos que construimos cotidianamente, siempre tenemos poder, por más pequeño que sea y por mucho que nos cueste encontrarlo podemos, tenemos herramientas para construir algo diferente, ya sea quedándonos o yéndonos. Si yo me siento víctima de ese otro adulto con quien tengo un vínculo cotidiano probablemente lo veo como más poderoso, como alguien que puede decidir sobre mí, como alguien que me quita mis libertades, y no darme cuenta que por mucho que me cueste asumirlo, ese vínculo,  víctima, victimario, lo estamos construyendo juntos, estoy construyendo con el otro, un vínculo que no es sano para mí y eso es bien diferente, a pensar que el otro me esta sometiendo a algo, desde este mismo modo de entender. 


En los vínculos adultos,  nadie tiene el 100% de la responsabilidad de lo que pasa, la tengo yo, y no la tiene el otro, la tenemos ambos. En un vínculo entre adultos se juega siempre en un 50% , yo puedo trabajar en mi 50% pero nunca en el del otro, y el otro puede trabajar para hacerse cargo de su 50%, pero nunca del mío. Lo anterior  me vuelve libre, para irme del vínculo, si la otra persona no puede o no quiere cambiar su 50%, y esto a mi me hace daño, soy libre de irme y el otro también lo es. Si yo creo que yo, tengo toda la responsabilidad, o creo que el otro tiene toda la responsabilidad, no hay manera de cambiar, estamos imposibilitados, porque la vida es una sujeción de problemas, que tenemos que ir resolviendo, siempre va  haber problemas, uno a tras del otro, no frenan los problemas, sino que intercambian o se actualizan, la clave que nos va a llegar a la felicidad, es resolver, si estas evitando tus problemas, o no tienes ningún problema que resolver, te vas a sentir miserable, porque la gran clave es ¡resolver problemas! No es no tenerlos, la felicidad es un trabajo constante de resolución y problemas, la resolución de problemas de hoy, va a sentar las bases, de los problemas de mañana y así sucesivamente, no tenemos que alejarnos de los problemas que tenemos, sino que tenemos que ir buscando y encontrando, problemas que amamos resolver.


La felicidad aparece, allí donde encontremos problemas, que disfrutamos tener y que disfrutamos resolver.


Mucha gente duda en hacerse responsable de sus problemas, porque cree que hacerse cargo, significa también tener la culpa. La responsabilidad y la culpa, muchas veces aparecen juntas ¿Cuál es la diferencia? Culpable: es aquel que tiene la culpa de algo, es decir si yo violento a una persona, soy culpable, cometí un acto no ético, ilegal o penado y tengo que hacerme cargo de las consecuencias,  ahora si me despierto un día y encuentro un bebé en la puerta de mi casa, no es mi culpa que alguien lo halla abandonado allí,  pero el bebé si es ahora mi responsabilidad,  porque tengo que elegir que hacer y lo que sea que decida, ya sea quedármelo, ignorarlo o abandonarlo en otra casa, tendría problemas asociados y allí seria responsable de eso, como vemos, hay problemas que no son nuestra culpa, pero aún así, somos responsables de ellos es parte de la vida, lamento decirlo, pero es así.


Existe una diferencia entre culpar a alguien por tu situación y que la persona sea responsable realmente de tu situación, nunca nadie es responsable de tu situación, más que nosotros mismo, porque como les mencione antes la responsabilidad, es responder frente a algo que te sucede, nadie puede responder e ir en busca de tu felicidad, más que vos. Quizás mucha gente tiene la culpa, de tu infelicidad, pero nadie nunca puede ser responsable de tu infelicidad más que vos, eres tu y nadie más que tú , la única que puede decidir como percibe las cosas , como reacciona ante las cosas, como valora las cosas, siempre podemos elegir el parámetro con el cual evaluar las experiencias, nadie puede hacerlo por nosotros. Un escritor estadounidense llamado March Manson, escribió una idea, sobre la vida que me parece excelente para ilustrar todo esto y dice así: cuando empieza la vida, a todos nos reparten cartas, a algunos nos tocan mejores cartas que a otros y si bien es fácil obsesionarnos con las cartas que tenemos y sentir que nos tocó una partida malísima, el juego real consiste en las elecciones que hacemos con esas cartas, los riesgos que decidimos tomar y las consecuencias con las que elegimos vivir. La gente que toma las mejores decisiones en las situaciones que se le presentan con las cartas que tienen, son las que más se acercan a la felicidad y no es necesariamente la gente con las mejores cartas, hay quien sufre emocionalmente y psicológicamente, por deficiencias neurológicas o genéticas, hay quienes son abusados y violados, lastimado física, emocionalmente,  financieramente, eso no cambia la ecuación. Es verdad que heredar una mala partida no es nuestra culpa, no se puede culpar a nadie por nacer con una problemática psicológica o por haber nacido en una familia violenta, pero aún así, por más injusto que sea, es nuestra responsabilidad que hacemos con esto, somos responsable, siempre lo somos, de elegir las mejores opciones que tenemos, según nuestras circunstancias, ya sea que busquemos ir a terapia, un tratamiento psiquiátrico o no hacer nada, la elección de que hacer con esas cartas que nos tocaron es siempre nuestra y aunque nadie pasa por la vida sin coleccionar algunas heridas en el camino, es innegable que algunas enfrentan algunos problemas peores que otros, esto es cierto, hay personas que son victimizadas de maneras terribles, lo solemos ver en consulta todo el tiempo, personas violadas por sus padres o abuzadas por sus madres, personas torturadas. Es difícil aceptar esta idea de manera radical, después de ver y acompañar a personas que han padecido los crímenes más atroces que nos podamos imaginar, pero aunque esto nos atrofia o nos irrite un montón, no cambia que la responsabilidad de resolver esta situación, es nuestra.


Volvamos hablar de paula, mi paciente de este artículo,  paula sintió 55mil chuzadas después de la noticia de Raúl, paula ahora viene a consulta hace unos cuantos meses , la sesión que te conté al principio es de unos meses atrás, los siguientes meses después de ese día, Paula se sintió muy mal, semana a semana era Raúl el centro de nuestras sesiones y era miserable, el duelo fue crudo, tocó sus heridas más profundas y no podía evitar seguir responsabilizando a Raúl de todo su malestar, esto solamente empeoraba su sufrimiento, poco a poco sesión a sesión, Paula fue entendiendo que ella no puede controlarlo, no importaba cuanto le rogara volver, cuanto amor le demostrará,  cuanto empeño pusiera en transformarse en la mujer de su vida, nunca iba a poder controlar lo que Raúl siente ahora, y aunque el tenía la culpa de como se sentía Paula, no era el, el responsable,  la responsable era Paula y entender eso le destrozaba, porque tenia que hacer algo, con toda esta nube negra de emociones, poco a poco Paula, le decía yo, un paso a la vez, a la tormenta se le atraviesa despacio, a conciencia, sin prisa, después de varios meses de un duelo descarnado, Paula escribió algo que trajo a sesión, un fragmento escrito en un momento de mucho dolor, pero de mucha lucidez, marcó para mi el avance a la última etapa del duelo, la aceptación y con esto la toma de responsabilidad de Paula por su mundo emocional. Me dejas leer algo que escribí ayer, me dijo, claro te escucho: estos últimos días, empecé a entender qué aunque Raúl me halla desgarrado el alma y es culpable de eso, ahora es mi propia responsabilidad, hacerme feliz a mí misma de nuevo, el no va a venir a arreglar mi mundo y no tiene porque hacerlo, soy yo responsable de mi mundo, me da mucha rabia aceptarlo, y se sentía mejor culparlo a él de mi malestar, reprocharle, que venga a sanar, todo esto que rompió en mí,  parecía darme cierto alivio, pero en realidad no, solamente me quita poder y me hace sufrir más , porque estoy esperando algo que no va a volver. Después de esta sesión volvimos a ella, nos enfocamos en su responsabilidad, en el bienestar que este duelo le había quitado, y poco a poco, muy despacio Paula empezó a sentirse mejor, seguía detectando a Raúl, le seguía pareciendo un desalmado, pero ahora estaba tomando la responsabilidad de sus propias emociones, además este duelo nos permitió profundizar en su proceso terapéutico,  pudimos bucear en algunas alarmas de Raúl, que Paula había decidido ignorar, pero que no quería volver a aceptar,  en una futura pareja, ahora era más consciente de el, también pudo reconocer muchas veces en las que ella había sido muy egoísta, poco sensible o distante con el, lo que hizo mal Paula ¿justifica a Raúl? No, claro que no,  pero tener la capacidad de ver en una circunstancia dolorosa que cosas no queremos repetir o que cosas hicimos mal, para no tener los mismos resultados, es de los aprendizajes más profundos de todo proceso terapéutico. 


A todos nos encanta asumir la responsabilidad del éxito, cuando hacemos algo bien, salimos a decir esto lo hice yo, pero cuando tenemos que asumir la responsabilidad de nuestros problemas o errores, nadie quiere salir a decir yo me equivoqué, lo que no entendemos es que lograr esto último, es muy valioso e importante, ya que aquí entendemos como hacer para la próxima, es donde ganamos poder, culpar a los demás, es hacernos daño a nosotros mismos.


Podemos empezar por estas preguntas para mejorar nuestros vínculos:

¿Qué hago yo para que a la gente le resulte tan difícil entenderme? ¿Cómo puedo explicarme mejor? ¿Qué conductas hago yo para que la gente crea que puede  abusar de mi tiempo? ¿Puedo hacer algo para dejar en claro que mi tiempo es valioso? Es decir tratemos de cambiar nuestras preguntas internas tratando de sacar la responsabilidad del mundo exterior, para dirigirnos a nuestro interior. Ahora elige una situación de tu vida que te incomode y completa la frase me molesta que _______________________ y ahora cambia la pregunta, acuérdate, vamos a pasar del exterior al interior ¿Qué acciones por más pequeñas que sean hago yo, para que esto siga sucediendo? ¿Podría hacer algo diferente? ¿Para que esto deje de pasar? Y ¿como te fue? ¿Alguna nueva idea para tomar responsabilidad? Podemos empezar a tomar responsabilidad con cosas pequeñas, como asumir que te quedaron sucios los platos, o que le echaste más sal de lo que se debía a una comida, o que se te olvidó poner la alarma para ir al trabajo,  cualquier consecuencia de una acción, es buena para ejercitar la toma de responsabilidad, la idea es ir quitándole al mundo la culpa, para empezar a asumir nosotros aquello que nos corresponde, obvio esto implica hacerse cargo de aquellas cosas de las que si, te corresponde hacer te cargo, no de todo lo que pasa a tu alrededor, porque si te hicieras cargo de todo, esto te pondría en lugar de víctima otra vez, por esto hay que tener cuidado con los extremos. Una vez que incorpores este cambio de foco, como hábito, vas a ver, que bien se siente la sensación de recuperar el control de tu vida. 


Llegamos al final ¿adivinaste cuál es otra de las herramientas para alcanzar la felicidad en nuestra vida? Asumir nuestra responsabilidad. Hay una relación entre victimismo y no tomar responsabilidad, entre felicidad y tomar responsabilidad.


Aceptar la responsabilidad de nuestros problemas es el primer paso para resolverlos, y esta hípercomprobado que resolver problemas nos acerca a la felicidad.


Gracias por leernos.


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